martes, 25 de febrero de 2014

Cada día.

Cada día es lo mismo, cada día las mismas voces en mi cabeza, que dicen lo que no quiero oír, lo que ya sé. Y cada día pienso: ¿Por qué yo? ¿Por qué tengo que ser justamente lo que no quiero, por qué no puedo ser lo que deseo? Un mundo de imágnes llega a mi cabeza y dan vueltas, y vueltas y más vueltas hasta mi depresión, hasta que ya no puedo más y me vengo abajo. Y el día que no piensas en eso, esas imágenes vuelven. Están en todos momentos para hacerte sentir mal, para hacer que te odies, y para hacer que veas cosas que por mucho que lo intentas no puedes cambiar.

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